sábado, 17 de diciembre de 2011

LI. Adivina, adivinanza

El uno imbécil, el otro memo

e inútil resulta el de enfrente;

estúpido aquél hasta el extremo

el que menos, bobo y repelente.


Abejas de colmena sin sentido

sumisas que agachan la cabeza,

felones que felan divertidos

esperando más gloria, más grandeza.


Alegres en su mundo de alcanfores

adulan a herejes y a blasfemos,

que aún damas se visten de señores,

y hablan en su día echando fiemos.


Profanan con su vida la cordura,

insultan con sus actos a la gente:

o bailas al son de la tonsura

o miran con gesto displicente.


Conjura de los necios que triunfante

se cuelga medallas y divisas

y hablan de progreso y de talante

poniendo a la Razón un cortapisas.


¡Metástasis metida en la Semana,

invento salido de un palacio!

¡Complejo de vieja sacristana,

cateta devota de Topacio!


¿De qué se trata? Uhmmm

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