miércoles, 8 de febrero de 2012

LIV. Respuesta a "Cazavampiros"

Apreciado amigo, la consideración que te tengo es tanta que no me puedo resistir siempre que puedo a hacerte algún guiño que otro. Ya he comentado en tu blog, acerca de tu entrada Cazavampiros que me resulta cuanto menos extraña la alabanza postrimera de tu intervención hacia el regente del episcopio granadino. Por una vez, y es de justicia reconocerlo, que su intervención ha sido correcta y solemne en cuanto a verdades. Ya está bien que la gente pretenda de vivir, per saecula saecolorum, del bote del Estado. Soy becario universitario, a mucha honra, y no me considero por ello chupóptero, puesto que he trabajado como asalariado y he percibido retenciones completamente desorbitadas, nunca acorde a la categoría profesional que ocupé y aún así, callé. Aquí entramos en un debate de fondo. España sigue siendo un cortijo y a la mínima de cambio todos están dispuestos a coger su parte del pastel antes que alguien la coja por él. Y mientras se piense así el pelo nos irá luciendo como ahora. Cuando se recupere la elevada idea de ESTADO, cuando tengamos asentada conciencia de ello y cuando entendamos que el Estado no es la gallina de los huevos de oro, empezaremos a entender de qué va esto. Pero para eso tienen que cambiar mucho las cosas.

No obstante, y lo que venía yo a decir, como respuesta a mi amigo David no son este tipo de asuntos de Estado, de economía y tal. Sino la profunda y solemne discordancia ideológica que tengo para con él en lo que respecta a la figura de D. Javier. Por ello le pongo en conocimiento, si no lo tenía previamente, de algo que pulula por Interné (Cf. http://blogs.periodistadigital.com/religion.php/2008/03/27/p152614) y que expresa, seguramente, el pensamiento de muchos granadinos y creyentes en general. El teatrillo de Don Javier expresa perfectamente muchos de los abusos morales que hace, muchos de los abusos políticos que hace aunque no llega a reflejar parte de su criminología intelectual, recuerden usías aquello de que el aborto da derecho al maltrato físico de la mujer. El acto de un crimen no justifica el acto de otro. Sin más dilación, y para constancia cultural de los lectores:

Es de sobra conocido
por tanto gasto superfluo
en marchas, sin rumbo cierto,
y tanto inventar chanchullos
para meter a los suyos
en remunerados puestos,
con nóminas sustanciosas
a cargo del presupuesto.

De recibir a los curas
no tiene tiempo ni ganas
pues su agenda está repleta
de senderismo y yincanas;
y si le queda algún tiempo,
se pone a hacer filigranas
promocionando pestiños
o de canguro de niños
en los fines de semana.

Su actitud es sorprendente
pues pasa olímpicamente
de aquellos que por encima
de ideas y de colores,
por el hecho de ser curas,
son sus colaboradores.

Su arrogancia es prepotente
engreída y excluyente,
tan seguro de sí mismo,
que cree saberlo todo
y desprecia al que disiente.
Y a todo el que no se ajuste
a su peculiar talante:
lo ignora, lo discrimina
o lo toma por delante;
y si la cosa se agrava,
lo elimina, lo suspende,
lo fulmina o lo machaca;
y si el asunto no cambia,
o la discordia persiste,
a la psiquiatra Cristina,
sin dilación lo remite.

Pues según cuentan las glosas,
esta tal Cristina Rojas,
por ser kika destacada,
es la mujer designada
para cuidar con esmero
la salud mental del clero.
Y todo aquel candidato
para acceder al curato
o entrar en el seminario,
rellenará el cuestionario
y ella hará un discernimiento
que le indicará al momento,
quien da la talla y la altura
para llegar a ser cura.

En la procesión del Corpus,
el ridículo es total
pues hace de saltimbanqui,
rompiendo el ceremonial;
sus apretones de manos
con frases emocionadas
y bendiciones sin cuento,
a niños y embarazadas,
son causa de cachondeo
en tertulias y veladas.

Y es que donde el se encuentre
siempre ha de ser el centro,
incluso aunque esté presente
el muy Santo Sacramento.
En curias y en sacristías
mandó colgar su retrato
lo cual sirve de alegato
y en prueba de sus manías;
y demás con este dato,
nos confirma con certeza,
sus delirios de grandeza.



1 comentario:

  1. El poemita de marras, tiene por argumentos dos cosas: que los curas no son recibidos por don Javier y que en la procesión del Corpus no para quieto... Perdona tocayo que te escriba a trompicones, porque la risa no me deja hacerlo. Yo soy un laico y si los curas tienen injerencias con su obispo, lo primero es conocer a qué son debidas y en todo caso cuáles son esas particularidades. Te puedo dar un amplio listado con canónigos en el mismo, que llevan media vida medrando en los intestinos curiales contra todo aquel que lleve solideo. Luego me creo esta queja lo mismo que a Zapatero. Lo mismo.

    Y si es mal Arzobispo porque no para quieto el día del Corpus, que en efecto no tiene mi aprobación ni la de nadie lógico, la cosa es de juzgado de guardia. Su Excelencia Reverendísima ha demostrado una profusión pastoral que trasciende nimiedades que el rapsoda nos ha endilgado como si al juntar dos consonantes nos hubiese inventado el soneto. La cercanía, la actuación litúrgica, la preocupación por todo tipo de realidades de fe y por supuesto su firme defensa de una enseñanza al sacerdote libre de la tufa anterior, son las mejores definiciones posibles.

    Para aquel que ande despistado, don Javier se ciscó en las decisiones de la Caja de los curas denunciando los retiros eternos y emolumentos insultantes de algunos presbíteros relacionados con CajaSur. Eso animó su traslado y no otra cosa. Y eso es precisamente lo que lo ha investido de cordura... No se casa ni con el más cicatero hijo de Richelieu, cuyo espíritu (acaba de comprobarse) sigue vivo en los pasillos curiales.

    Por lo demás, las palabras del otro día que tú y yo recogemos, tocayo, son para bordar en punto de cruz y enmarcar.

    Un abrazo fuerte.

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