martes, 22 de marzo de 2011

XXXIX. Suspenso en decoro

Últimamente las hermandades y cofradías de Granada han aprendido a valorar la necesidad imperiosa de hacer una apuesta firme, sólida y eficaz de la adquisición de un patrimonio histórico-artístico digno, basado en un rigor plástico, estético y formal. Así, atrás quedan pasos pintados con aerosoles purpurinosos, bombillas, baterías eléctricas y demás aberraciones y atentados contra el buen gusto y el sentido común.

Qusiera hacer un repaso a todas esas hermandades que tienen asignaturas pendientes con eso, no sólo con su patrimonio artístico sino con su modo de ser presentado públicamente y de ser conservado. Muchas hermandades aún tienen un claro déficit de decoro y protocolo en estos sentidos y nublan el éxito de sus logros con "pifiazos" y gazapos como los que iremos mostrando. No se trata de un escarnio público de sus actos, no se trata tampoco de una mofa indiscriminada sino sólo de un toque de atención para que en estaciones de penitencia venideras no sólo miren poner la hermandad en la calle sino que miren también cómo ponerla. No todo está permitido, faltaría más.


Semanas atrás mi tocayo David Rodríguez-Jiménez Muriel publicaba varios artículos sobre el orden de las insignias y elementos que componen y dividen cada uno de los tramos de las cofradías, su sentido y su significado. Como hemos dicho en alguna otra ocasión todo tiene un por qué, no es fruto del azar. Yo, quisiera apuntar una reflexión al respecto puesto que no se trata de sólo exponer y procesionar esos elementos, insignias, guiones...sino hacerlo de un modo digno, piadoso y elegante. No incurrir en eso nos lleva a desvirtuar el significado de las cosas puesto que no conocemos sus fines y por tanto lo que hacemos delata una ignorancia mayúscula y, por supuesto, no queremos ser tachados como tales. Eso viste muy poco en nuestro currículum cofrade. En este sentido, otra reflexión. Ser elegante, piadoso y digno no significa ser rancio ni mustio ni silente. Así que a aquellos que denominan a estas cuestiones como sanagustinizarse no es tal sino sólo hacer las cosas bien y sin caer en el tópico de ensalzar mi hermandad. San Agustín también comete errores pero llevados con naturalidad y gracejo no parecen tales.

Para muestra, un botón.

3 comentarios:

  1. Que San Agustín es uno de los espejos más límpidos donde ver reflejado el decoro cofrade correcto, qué voy a decirte; pero por aquello de empezar la crítica por uno mismo: ¿qué hacemos revestidos de diáconos en la Estación de Penitencia o en Cultos? Porque aquí tenemos que callar todos...

    ResponderEliminar
  2. Más de acuerdo contigo imposible. Preferible es una sotana y roquete que no agrede a ningún orden del Sacramento. No obstante la dalmática está en desuso y la mayoría de los sacerdotes pasan por alto esa circunstancia y permiten el uso de las mismas, aunque no sea en ningún caso lo correcto.

    ResponderEliminar
  3. De todos modos compañero, la fotografía no iba por el hecho de que una mujer vista dalmática sino que encima va hasta arriba de maquillaje, con piercings y pulseras varias.

    ResponderEliminar