
A día de hoy podemos observar como urbes arredor de España crean asociaciones, organizaciones, academias con el fin de potenciar la cultura en su amplia manifestación en todo cuanto acontece entre sus congéneres. Dar a conocer estas empresas supone una revalorización de sus actos y proyectos y, por ende, una mejora en el desarrollo cultural y folclórico de la ciudad. Así, pues, Granada cuenta con la Real Academia de Nuestra Señora de las Angustias, de rancio abolengo y fundación remota, que a día de hoy nadie conoce ni nadie sabe de ella. Una institución harto olvidada y cuyo fin es pontenciar a los académicos que desarrollan un indecible trabajo en pro de la Historia del Arte y las Bellas Artes.
Sus distinciones y condecoraciones no se conocen, nadie estudia sobre esta organización y si se hace nadie publica ni potencia dichos estudios para que lleguen al conocimiento general del pueblo granadino.
Algo similar ocurre con la Real Maestranza harto olvidada hasta por sus propios integrantes que no lucen sino el apellido compuesto como gala de insitución ya extinta salvo para figuraciones vanas.
Granada necesita de un resugir cultural que la levante del abismo en el que se sucumbió desde tiempos inmemoriales, que recupere su identidad y su elegancia, que la erija como ciudad majestuosa al estilo castellano en el sur de la Nación. Granada pide a gritos grandes teatros, avenidas majestuosas que luzcan la historia y el paraje inefable que la rodea, recuperar el esplendor perdido con un modelo barroco que aún traspira y que analfabetos destrozaron sin compasión desde los años cincuenta, cuando Granada no era más que un pueblo venido a más.
Granada necesita dar a conocer su grandeza, que la Universidad fomente los estudios a cerca del patrimonio granadino y que los divulgue como si la vida en ello se le fuera al igual que debería hacer Diputación y Consistorio. Volcarse en dar a conocer al mundo a Granada al margen de la Alhambra. Granada no es solo Alhambra, Granada es crisol del arte musulmán, mudéjar, gótico, renacentista y barroco. Es fusión artística de la historia de un país.
Tomemos conciencia de quiénes somos y lograremos serlo, no quedemos cegados por el tópico y el dicho, luchemos y engrandezcamos nuestro patrimonio y nuestra urbe. ¡Granada, despierta!
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